“Una persona vegana puede ser de cualquier corriente política, lo que nos hace veganos no es lo que pensamos con respecto a nuestra propia sociedad y derechos”
El veganismo suele asociarse con corrientes políticas de izquierda o incluso como contrario al modelo económico capitalista. Sin embargo, nada tiene que ver con esto.
Lamentablemente, sea bajo el modelo económico o político que sea, los animales siguen siendo vistos como simples objetos o recursos, y no como seres que merecen consideración moral y abolición de su esclavitud.
La historia nos da ejemplos claros de esto. No ha existido una sola sociedad hasta ahora, en la que los demás animales sean respetados. En todas, desde las repúblicas socialistas, hasta las dictaduras militares; desde las comunidades indígenas, hasta los grandes imperios; los animales han sido vistos solo como esclavos sin un cuestionamiento profundo a nuestra relación con ellos.
Es incluso perjudicial que se asocie al veganismo a uno u otro movimiento político o económico, pues lejos de ejemplificar la realidad, genera prejuicios y desinforma acerca del principio ético que implica este.
Y es perfectamente válido que optemos por una corriente política o económica con la que nos sintamos afines, el problema no esta en considerarnos adeptos a una en particular. Tampoco se trata de una manera de justificar a una corriente o modelo en particular, de hecho al contrario todos mantienen esa injusta idea de sometimiento sobre los demás animales. El problema recae en pensar que las cosas serían diferentes con un cambio en un modelo político o económico determinado, y no en un cambio de paradigma individual con respecto a nuestra relación con los demás animales.
Una persona vegana puede ser de cualquier corriente política, sea que nos parezca o no mejor una que otra, lo que nos hace veganos no es lo que pensamos con respecto a nuestra propia sociedad y derechos, sino lo que pensamos con respecto al respeto que merecen los demás animales.
