El gran problema del término “Policía Vegana”

El gran problema del término "Policía Vegana"

Preguntas frecuentes veganas





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El gran problema del término “Policía Vegana”

Tiempo de lectura:
10 mins
Fecha:
abril 24, 2025

Al caer en falacias ad hominem o ataques personales durante un debate, se desincentiva el razonamiento sobre los argumentos en juego, desviando la atención y llevando la conversación a un terreno defensivo, en lugar de fomentar un diálogo respetuoso

Seguramente muchos de nosotros hemos escuchado el término “policía vegana”, ya sea porque se nos tilda de esta manera o porque se utiliza para referirse a otras personas durante un debate. Aunque podría parecer una simple falacia ad hominem —es decir, un ataque personal que podría no tener mayor trascendencia—, cobra gran importancia, y es más común, cuando son otros veganos quienes utilizan este término para referirse a quienes también lo son. Cuando se trata de personas no veganas, es claro que intentan llamarnos así para desestimar nuestro llamado a respetar a los demás animales, aunque el primer escenario no es muy distinto a este. Aquí exponemos varias razones del porqué:

  • Al caer en falacias ad hominem o ataques personales durante un debate, se desincentiva el razonamiento sobre los argumentos en juego, desviando la atención y llevando la conversación a un terreno defensivo, en lugar de fomentar un diálogo respetuoso.

  • Intentar desacreditar a otra persona mediante ataques personales no rebate la idea que esta ha expuesto; más bien, da a entender que no hay argumentos para contrarrestarla, y por eso se recurre al ataque.

  • Se fomenta un ambiente dogmático o acrítico, no solo entre quienes debaten, sino también entre quienes observan o leen. Esto facilita que se continúe etiquetando a otros de la misma forma, en lugar de promover una actitud humilde que nos permita evaluar si los argumentos del otro tienen algo de razón.

  • Se genera la idea de que es más valiosa una falsa diplomacia —que busca no incomodar o rebatir argumentos erróneos— que abrir el debate para fortalecer un mensaje coherente mediante discusiones sanas, argumentos sólidos y bien fundamentados. Esto incluso puede llevar a que algunas personas prefieran tergiversar el mensaje para que sea mejor recibido, en vez de comunicar uno honesto y justo con los animales, aunque pueda incomodar a otros.

  • Se diluye el mensaje por los animales, dando la impresión de que es más importante defender nuestro ego al ser corregidos o recibir un argumento contrario, que ofrecer un mensaje claro en nombre de víctimas que no pueden exigir respeto por sí mismas.

  • Nos cerramos a revisar nuestras propias contradicciones. Es fundamental entender que hemos crecido en una sociedad que nos ha enseñado a ver a los demás animales como objetos dispuestos a nuestra voluntad. Incluso siendo conscientes de las injusticias que sufren, seguimos arrastrando la idea de que estas no son tan urgentes como las que afectan a los seres humanos. Por eso, muchas veces los relegamos a un segundo plano cuando sus intereses entran en conflicto con la comodidad humana, ya sea por los mensajes que intentan hacerse lo más cómodos posible o por la paciencia que mostramos ante injusticias que no vivimos en carne propia.

  • La crítica dentro del veganismo debe mantenerse siempre presente. Somos humanos, cometemos errores, y tenemos una multitud de sesgos cognitivos de los que ni siquiera somos plenamente conscientes. Abrirnos a comprender los argumentos del otro sin descalificarlos es esencial para mejorar como personas y como activistas veganos.

  • El uso de etiquetas ofensivas ha sido una constante a lo largo de la historia en todo tipo de movimientos, no solo como un intento de silenciar voces disidentes, sino también para desincentivar el pensamiento crítico en quienes no están suficientemente informados, y que por miedo o pereza no profundizan. La crítica no debe verse como un ataque, sino como una herramienta para detectar y desmontar errores o sesgos que podamos tener.

  • Como veganos, nos quejamos de la apatía con la que se nos tilda de “exagerados”, “moralistas” o “puristas”, pero caemos en la misma dinámica que criticamos si llamamos a otros veganos “policía vegana” para intentar desacreditarlos o desvirtuar sus argumentos.

  • Incluso al llamar a otros “policía vegana”, afirmamos implícitamente dos cosas: que esa persona está señalando algo que, en el fondo, aceptamos como correcto, y que nosotros estamos actuando en contra de eso que reconocemos como correcto.

  • Si nos cerramos al debate y caemos en ataques personales, los perjudicados no seremos nosotros, sino los demás animales. Porque el mensaje que damos no es por nosotros, es por ellos.

Y no escribimos esto sin autocrítica. De hecho, en La Guía Veg hemos recibido numerosas críticas a lo largo de los años; y sí, también hemos cometido errores. Pero nunca hemos sido sordos a esas críticas. Desde dejar de promover contenidos distintos al veganismo, corregir secciones enteras que ofrecían “razones alternativas para hacerse vegano”, hasta cambiar incluso nuestro logo para alinearlo lo más posible con un mensaje coherente. No lo hicimos por quienes nos criticaron —aunque muchas veces lo hicieron con razón—, sino por los demás animales. Por dar un mensaje claro y coherente en su nombre.


Citas, referencias y recomendaciones:

Sobre el autor:
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Activista Vegano de Colombia y vegano desde 2017. Autor del la página web La Guía Veg.

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Activista Vegano de Colombia y vegano desde 2017. Autor del la página web La Guía Veg.


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