Las campañas monotemáticas son campañas enfocadas en una sola forma de explotación, como las realizadas en contra de los circos con animales, en contra del consumo de carne, delfinarios, de la tauromaquia, entre muchas otras.
El problema de este tipo de campañas es que no cuestionan el problema o injusticia en la que se basan todas las formas de explotación animal, y lejos de dar un mensaje de respeto hacia los demás animales, dan la idea de que hay formas de explotación admisibles y otras que no lo son, reafirmando las primeras al enfocar la indignación y rechazo solo sobre las formas de explotación que son socialmente mal vistas.
Por ejemplo, las campañas en contra del uso de pieles suelen tener mensajes únicamente en contra de la explotación de animales para este fin, sin embargo, no cuestionan el uso de animales para consumo humano o la cría para venta de animales, dos formas que incluso son subsidiarias de esta primera en la mayoría de casos (Por ejemplo las curtiembres con las granjas lecheras y mataderos, tanto de vacas como de perros en oriente). Para la mayoría de personas es totalmente repudiable usar pieles, mientras que consumir el cuerpo del animal al que se le quito dicha piel es algo totalmente admisible y normalizado, sin embargo para el animal no habría diferencia y es algo que nunca se cuestiona en este tipo de campañas.
Las organizaciones que promueven este tipo de campañas suelen defenderlas ya que son mensajes más cómodos para las personas que no son veganas, al no cuestionar su papel dentro de la explotación animal o la equivalencia de todas las formas de explotación a ojos de las víctimas. Básicamente son mensajes que se reciben más fácilmente porque no se pide más que firmas, donaciones, “likes” o interacciones en redes sociales; y no una actitud coherente cuestionando realmente nuestra manera de ver a los demás animales.
Si revisamos las causas de cualquier forma de explotación animal, por distinta que nos parezca, por ejemplo la caza de ballenas (Socialmente rechazada) y el uso de animales en terapias humanas (Socialmente romantizada), encontramos muchas diferencias en la aplicación de las mismas pero siempre una raíz común, y que hecho comparten todas, y es que no importa bajo qué condiciones se realice dicha forma de explotación, los animales deben ser vistos como recursos o máquinas al servicio de los seres humanos para que se ejerza esa explotación, y aquí es donde radica también la solución a esta injusticia.
Si en lugar de hacer miles de campañas, que incluso pueden dar una falsa idea de que hay unas formas de explotar a los animales más justificables que otras, nos concentramos en hacer una sola campaña coherente que eduque en el respeto que merecen todos los demás animales, la totalidad de formas de explotación se abordarían con esta y se reduciría sustancialmente los recursos invertidos en todas ellas para concentrarlos en un mensaje claro. Sin contar con que lo ético es abordar la raíz del problema y rechazarlas todas por igual.
¿Pero existe una solución simultánea a todas las formas de explotación animal? ¡Claro que si! De hecho al pedir respeto por todos los animales, reafirmamos que no tenemos derecho alguno sobre sus vidas, sea lo que sea que pretendamos conseguir al explotarlos. Rechazar todo uso de los animales es precisamente de lo que se trata el veganismo. Promover el veganismo es lo mínimamente coherente y justo con todos los animales.