¿Ser Vegano es ser "radical" o "extremista"?
La violencia hacia los animales se ha normalizado tanto, que aquellos que nos oponemos a ser parte de esta, terminamos siendo etiquetados como “radicales” o “extremistas”, llamándonos así, como una manera de desincentivar en otros el cambio, o de pormenorizar todo lo que hacemos en contra de los demás animales para no sentir la obligación de cambiar.
Como veganos, es importante no tomarnos nada de esto como un ataque personal, ya que normalmente se trata de una respuesta defensiva ante algo que sabemos que es lo correcto, pero que aún no aplicamos (Disonancia cognitiva①). Es fundamental responder de manera adecuada, con respeto y con argumentos sólidos.
En primer lugar, el veganismo si es una postura radicalmente opuesta con respecto a la explotación a la que sometemos hoy a los demás animales y que hemos normalizado totalmente. Y ante las injusticias, la acción ética es oponernos a ellas y actuar coherentemente, lo cuál es por definición una respuesta radical.
Debería darnos mucho para pensar que el respeto a todos los demás sea una postural radical, sobre todo, debería hacernos reflexionar sobre aquello que llamamos “normal” y a lo que nos hemos acostumbrado, pues evidencia una situación preocupante de nuestra sociedad y nuestra relación con los demás animales, a quienes ni siquiera los consideramos víctimas y cuya explotación hoy, incluso la consideramos “humanitaria”.
Además, el veganismo se trata de los demás animales, ellos son las víctimas, no nosotros. Ni tampoco se trata de cómo nos llamen por pedir respeto por todos ellos.
Ser veganos es ser coherentes con el respeto que sabemos que merecen todos los demás animales, como cualquiera de nosotros, pues ellos tienen interés en evitar todo dolor y preservar sus vidas, lo que no nos exige menos que respetar ese interés.
¡Seamos veganos!
¿Ser Vegano es ser "radical" o "extremista"?
La violencia hacia los animales se ha normalizado tanto, que aquellos que nos oponemos a ser parte de esta, terminamos siendo etiquetados como “radicales” o “extremistas”, llamándonos así, como una manera de desincentivar en otros el cambio, o de pormenorizar todo lo que hacemos en contra de los demás animales para no sentir la obligación de cambiar.
Como veganos, es importante no tomarnos nada de esto como un ataque personal, ya que normalmente se trata de una respuesta defensiva ante algo que sabemos que es lo correcto, pero que aún no aplicamos (Disonancia cognitiva①). Es fundamental responder de manera adecuada, con respeto y con argumentos sólidos.
En primer lugar, el veganismo si es una postura radicalmente opuesta con respecto a la explotación a la que sometemos hoy a los demás animales y que hemos normalizado totalmente. Y ante las injusticias, la acción ética es oponernos a ellas y actuar coherentemente, lo cuál es por definición una respuesta radical.
Debería darnos mucho para pensar que el respeto a todos los demás sea una postural radical, sobre todo, debería hacernos reflexionar sobre aquello que llamamos “normal” y a lo que nos hemos acostumbrado, pues evidencia una situación preocupante de nuestra sociedad y nuestra relación con los demás animales, a quienes ni siquiera los consideramos víctimas y cuya explotación hoy, incluso la consideramos “humanitaria”.
Además, el veganismo se trata de los demás animales, ellos son las víctimas, no nosotros. Ni tampoco se trata de cómo nos llamen por pedir respeto por todos ellos.
Ser veganos es ser coherentes con el respeto que sabemos que merecen todos los demás animales, como cualquiera de nosotros, pues ellos tienen interés en evitar todo dolor y preservar sus vidas, lo que no nos exige menos que respetar ese interés.
¡Seamos veganos!